Lewis Hamilton tuvo un fin de semana para olvidar en el Gran Premio de Holanda. Su carrera terminó antes de tiempo, en la vuelta 23, cuando perdió el control en la curva 3 y se estrelló. Fue un error poco habitual del siete veces campeón del mundo. Pero incluso después de su retirada, el drama no había terminado. Antes de que empezara la carrera, Hamilton ya había sido investigado por no respetar las normas de la bandera amarilla en su camino hacia la parrilla.

Los comisarios determinaron que no redujo la velocidad lo suficiente bajo las dobles banderas amarillas y que tampoco condujo a una velocidad muy reducida al entrar en el pit lane. Esto significa que infringió el Código Deportivo Internacional y el reglamento deportivo de la Fórmula 1. Como castigo , Hamilton fue sancionado con la pérdida de cinco puestos en la parrilla de salida del Gran Premio de Italia, su primero en Monza como piloto de Ferrari, y con dos puntos de penalización en su superlicencia.

La FIA explicó que, aunque Hamilton levantó el pie y frenó antes de lo habitual, la reducción de velocidad no se consideró suficientemente significativa. Normalmente, una infracción de este tipo podría acarrear una sanción de diez puestos, pero como hizo algún esfuerzo por reducir la velocidad, los comisarios se mostraron algo indulgentes y redujeron la sanción a cinco puestos. Aún así, se trata de un error costoso que perjudicará sus posibilidades ante los aficionados de Ferrari.

Por otro lado, su compañero de equipo Charles Leclerc se libró de la sanción tras el contacto con George Russell, que los comisarios consideraron un incidente de carrera.